El fondo de pantalla

Os escribo dos etapones de montaña después.

Tras 30 muy meritorios kilómetros, que en la montaña y por encima de los 1800 hay que multiplicarlos por su valor.

Tras no pocas contigencias que le han concedido el merecido punto de épica que requiere toda experiencia inolvidable: nieblas, fuertes rachas de viento...

Os escribo, sobre todo, acompañado por otra sinfonía de alborozo y alegría regadas por 17 pizzas familiares, que puede dar orientación de la magnitud del evento.

Apenas unas pocas ampollas, y media docena de heridas que ni siquiera os podrán enseñar a la vuelta como acreditación de que la aventura ha sido mayúscula.

Lo hemos pasado extraordinario y acompañados por una climatología que nos ha restado calor y nos ha permitido disfrutar enormemente de rincones y vistas al alcance de pocos privilegiados por lo que nosotros llamamos Mujer muerta y en la zona responde a Pasapán, Pinareja y La Peña del Oso.

En medio de la marcha, al remontar un collado, se abre a nuestros pies una vista impagable de Segovia y La Granja que, en el seno de Castilla, parecen dos aldeas minúsculas.

Se escucha un ¡¡ooooo!! coral y uno de nuestros jóvenes requiere de una expresión más concreta de su admiración:

-Pero, ¡Joseeeema! ¡Esto es un "pasote"!

- ¡Esto sí que renta!!!!

- ¡Pero si es que esto parece un fondo de pantalla de windows!!!

He de reconoceros que no me parece la construcción más poética de las posibles pero, aceptando otras gramáticas, entiendo que en lenguaje informático ha tenido que merecer la pena el esfuerzo de 4 meses para lograr una exclamación semejante.