El adiós de Ricardo y Giovana

El autobús llega desde El Molinillo en un revuelo de familias que se abrazan a sus chicos, la mayoría de los cuales vienen de una aventura inusitada para ellos.

Poco a poco la calle va regresando a la normalidad de una calma estival en la medida en que cada familia reemprende el camino a casa con sus hijos.

Y quedan Ricardo, sus hermanos... y Pupu.

Me acerco con la furgoneta y van subiendo los niños para llevarlos a su casa al barrio de los intelectuales en Arrayanes.

Pero Pupu ha vuelto a exhibir su valentía. Esta mañana deambulaba sonriente por las intalaciones y accedió a coger mi mano para ir a desayunar, pero se ha declarado en estado de rebeldía bajo el lema "no quiero". No quería subir al autobús, no quería bajar de él, no quería despedirse de los monitores y ahora la ha emprendido contra la furgoneta porque tampoco quiere. ¿Qué parte del no quiero es la que no se comprende? expresa su rostro con un gesto desafiante.

Otra vez a la fuerza lo siento en la furgoneta. Mientras, unas monitoras de Linares se aseguran de otorgarme los 20 segundos necesarios para sentarme y arrancar y dar por terminada la reivindicación de Papu.

Con la furgoneta en marcha Papu continúa desplegando los matices de su propuesta. "No quiero", "No quieeeeero!-

-No quiere-, confirma Ricardo con una puntualización que provoca mi risa.

Y aprovechando el impás en la conversacion, Ricardo exprime el turno de palabra.

-Mañana, Josema, el campamento ...-

En el semáforo insiste y pide una mirada...

-Josema..., mañana..., ¿No hay campamento?...

- No Ricardo, hoy se acaba el campamento...

Se hace el silencio en la furgoneta, tenso y largo durante los 300 metros de la Avenida de Arrayanes que concluyen con turno súbito de palabra por parte de Giovana...

- Joseeema, ¿y cuándo vuelve a empezar el campamento?

Las manos que llevo al volante, las del mercado de Torrelavega, me permiten afirmar:

-El 30 de junio, Giovana, el 30 de junio, te lo prometo-.

Giovana regresa al respaldo del asiento consolada y  confortada.

Ricardo repite en alto un adagio que quiere que se grabe en el corazón: -el treinnnta, Josema, el treinnnta...-.


Comentarios

  1. Nosotros esperaremos al 30 de junio con las mismas ganas...gracias por todo Josema

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